Tan solo el 25% de la población cree que el cáncer colorrectal (CCR) es el más frecuente en nuestro país, lo que lo sitúa en cuarta posición por percepción social, después de los cánceres de próstata, pulmón y mama. Por otro lado, tan solo a un 11% le preocupa que se lo diagnostiquen, y apenas un 6% cree muy probable o totalmente probable que este diagnóstico realmente llegue a producirse.

 

Preocupación por tumor

 

En general la percepción de riesgo disminuye considerablemente si no existen síntomas, problemas intestinales o antecedentes familiares. Al preguntar por los hábitos que crean que puedan tener relación con el desarrollo de CCR, la opción elegida por la mayoría fue “No cuidar la alimentación” con un 73%, pero tan solo un 18% mencionó el sobrepeso o la obesidad como un factor relevante.

En cuanto a los programas de cribado de CCR, tan solo el 8% de los consultados confirman la existencia de este tipo de servicios en su Comunidad, mientras que el 50% lo desconoce por completo. Además, el 61% desconoce qué pruebas se realizan para desarrollar el cribado, y la población restante indica la colonoscopia como la más frecuente (87%) y el test de sangre oculta en heces (TSOH) (30%).

 

Conocimiento de pruebas

 

En la comparativa entre la colonoscopia y el test de sangre oculta en heces (TSOH) es esta última la prueba con la que los encuestados manifiestan tener menos reparo si tuvieran que hacérsela. El 42% no tendría ningún inconveniente en realizarse el TSOH, frente al 20% que indican lo mismo para la colonoscopia. Además, cabe destacar que el 39% se sometería a una colonoscopia solo si es imprescindible. 

La aceptación y participación en programas de cribado es mayoritaria por la posibilidad de detectar el tumor a tiempo, el beneficio emocional de estar haciendo algo por uno mismo y por no negarse a participar en un programa que beneficie la propia salud. Entrando en más detalles, el 75% tienen claro que el cribado debería dirigirse a hombres y mujeres entre 50 y 69 años frente al 25% que lo recomendarían solo a personas son síntomas y/o antecedentes familiares y/o enfermedades digestivas. La intención de participar en el programa de cribado una vez que han recibido la carta informativa es alta, con una media de 7,2 en un ranking de 0 a 10.

 

Posibilidades de participar

 

En conclusión, podemos decir que el CCR es un gran desconocido entre la población por lo que la percepción de riesgo propia se ve reducida y la información acerca del perfil de riesgo es insuficiente. La mayoría de los encuestados indican la colonoscopia como única prueba para el cribado, con las resistencias que ello supone. En general no existe una conciencia clara de lo que supone la detección a tiempo del CCR. Con una buena base de información y concienciación acerca de estas pruebas se podría allanar el camino para alcanzar el 100% de la población de riesgo en el programa de cribado.